4 de octubre del 2015
ORACIÓN
POR LA PAZ.
Día
mundial de Cuaquerismo
(Propuesta
de
Celebración)
De la Junta Mensual Habana
1. Canto. Él es mi paz
//Él es
mi paz,
Él ha
roto todas mis cadenas
Él es mi
paz, él es mi paz//.
//Echo
toda mi ansiedad sobre él
Pues el
cuidará de mí.
Él es mi
paz, él es mi paz//.
2.
Introducción
Lector 1: Este es el
proyecto de Dios: "De las espadas forjarán arados; de
las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo
contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra". (ls
2,4).
Lector 2: Este es el
proyecto de Dios: "Habitará el lobo con el cordero, la
pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el
león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán
juntas; el león comerá paja con el buey. El niño
jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la
mano en el escondrijo de la serpiente. Nadie hará daño
ni estrago en todo mi monte santo" (ls 11,6-9a).
Lector 3: Este es el
proyecto de Dios: "Librará al pobre que pide auxilio,
al afligido que no tiene protector; él se apiadará del
pobre y del indigente, y salvará la vida de los
pobres". (Salmo 72,12-13).
Lector 4: La misma
luz que te permite ver el pecado y la trasgresión, te
permitirá ver el pacto de Dios que echa fuera el
pecado y la trasgresión y que da victoria y dominio
sobre ellos y te lleva hacia el pacto con Dios. Cuando
miramos al pecado, a la corrupción, y a la distracción
somos absorbidos en ellos; pero cuando miramos hacia
la luz que los hace manifiestos, nos enseñoreamos de
ellos. Esto dará la victoria, y encontraremos gracia y
fortaleza; este es el primer paso hacia la paz.
(George Fox)
Lector 5: Este es el
proyecto de Dios. Y hoy estamos aquí, unidos en la
oración, porque la realidad de nuestro mundo está muy
lejos de este proyecto. Las armas de la guerra no se
han transformado en herramientas para el bien-estar de
todos, en el corazón de los dirigentes del mundo no
mandan los proyectos de paz, los pobres siguen sin
poder levantar la cabeza.
Seguidamente,
los mismos lectores pueden leer algunos titulares de
periódico o breves noticias que concreten esta
situación.
3.
Invitación al compromiso
Lector 6: Y
nosotros, ¿qué podemos hacer? ¿Qué podemos hacer si
las decisiones que conducen a la guerra se toman en
lugares tan alejados de nosotros, y en los que no
tenemos ninguna influencia? ¿Qué podemos hacer?
¿Realmente, no podemos hacer nada?
Lector 7: Sí
podemos. Podemos hacer todo esto:
Podemos, en
primer lugar, crear clima de paz, de justicia y de
solidaridad en nuestras actuaciones cotidianas.
Intentar resolver los conflictos a través del
entendimiento y no a través de la agresividad, ser
capaces de ponernos en la piel del otro y de la otra y
entender sus razones, no pretender tener siempre la
razón y ser capaces de ceder, buscar siempre el bien
de los más pobres y débiles.
Pausa.
Podemos,
también, estar atentos a lo que ocurre en el mundo,
intentar estar bien informados, crear opinión a
nuestro alrededor a favor de la paz y la justicia, y
llamar la atención sobre nuestros gobernantes. Eso
significa hablarlo con los que tenemos cerca, y
significa también participar en actos públicos que se
realicen sobre estos temas.
Pausa.
Podemos,
aún, aportar nuestra ayuda económica para todos
aquellos que sufren las consecuencias de la guerra,
para que su situación sea algo menos dolorosa.
Pausa.
Y podemos,
finalmente, hacer lo que ahora estamos haciendo:
juntarnos, convocarnos, orar individualmente, cada
uno, cada día. Y orar juntos, aquí, hoy, con toda la
fuerza de nuestro corazón y de nuestra alma. Compartir
con Dios nuestro Padre ese anhelo que tenemos de
trabajar por un mundo solidario y en paz, un mundo
justo, un mundo en el que todos podamos sentirnos
felices y libres. Orar a Dios, y hacer de esta oración
un clamor para que el proyecto de su Reino, ese
proyecto por el que Jesús se entregó, se abra paso en
nuestra historia humana.
Pausa.
4. Canto
breve. La paz de Dios
La paz de
Dios, la paz de Dios
sea contigo
mi hermano.
La paz de
Dios, la paz de Dios
sea contigo
mi hermana.
/Y sentirás
la paz de Dios
estrechándote
la
mano,
y sentirás
la paz de Dios
como
dándote un abrazo,
y sentirás
la paz de Dios
compartiendo
calor
humano./
5.
Introducción al silencio
Ahora
oraremos juntos en silencio. Pongámonos ante Dios y
digámosle nuestro anhelo. Recordemos a todos los que
sufren por la guerra, todos esos rostros que la
televisión nos muestra. Digámosle también nuestro
compromiso, lo que queremos hacer, en cualquiera de
los niveles en los que podemos actuar. Y pidámosle su
presencia, su fuerza, su gracia.
* Ahí escoger
solo el silencio y no tener un tiempo de predicación y
dejar que sea Dios quien nos hable o buscar a una
hermana o hermano que nos de palabra de Dios a través
del texto del Salmo 121
6.
Introducción al salmo 121
Y ahora,
oremos juntos con unas palabras que expresan nuestro
anhelo compartido. Son palabras antiguas, las palabras
que los peregrinos judíos cantaban al llegar a la
vista de Jerusalén. Palabras que desean la paz a
aquella ciudad amada. Hoy, para nosotros, Jerusalén es
el mundo entero y, de un modo especial, la situación
de Palestina es lugar donde debe estar nuestra oración
y nuestro corazón. ¡Qué
alegría, ver un mundo en paz! Deseémosla ahora
con todo nuestro corazón.
7. Salmo
121
¡Qué
alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del
Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales,
Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien
compacta. Allá suben las tribus, las tribus del
Señor.
Según la
costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
En ella están los tribunales de justicia, en el
palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: "Vivan
seguros los que te aman, haya paz dentro de tus
muros, seguridad en tus palacios".
Por mis
hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz
contigo". Por la casa del Señor, nuestro Dios, te
deseo todo bien.
8. Sermón
9.
Lectura de las bienaventuranzas (Mateo 5,1-12a)
10. Temas
de oración
Creyendo
firmemente que la felicidad se encuentra en el camino
que Jesús anuncia, creyendo firmemente que la
felicidad se encuentra en la solidaridad con los
pobres, en la sencillez, en la limpieza de corazón, en
el trabajo por la paz, en la persecución si es
necesario, oremos. Oremos y pidamos que el Señor tenga
piedad de los que son víctimas de la guerra, y de los
que la provocan, y de todos nosotros y nosotras. A
cada invocación responderemos cantando:
SEÑOR,
TEN PIEDAD (O bien: KYRIE, ELEISON).
Señor ten
piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor ten
piedad de nosotras, Cristo, ten piedad de nosotras
Oremos:
1. Por
los que tienen la vida destrozada a causa de la
guerra, por los que no ven ninguna esperanza en su
futuro.
2. Por
los que sufren a causa de la opresión, las
discriminaciones, la injusta distribución de la
riqueza.
3. Por
los gobernantes, los políticos, los militares; por
todos los que tienen responsabilidades en la vida
colectiva.
4. Por
los fabricantes de armas y por todos los que se
enriquecen con las guerras.
5. Por
los que tienen el corazón endurecido y son incapaces
de sufrir por el dolor de sus hermanos y hermanas.
6. Por
nosotros y nosotras, por nuestro testimonio al
servicio de la paz y de la justicia.
7. Por la
Iglesia cuáquera en el mundo, para que pueda ser
llamada mensajera de la Buena Noticia de la paz.
8. Por
todos los hombres y mujeres de buena voluntad, por
todos los que trabajan al servicio de la paz.
9. Por el
triunfo de la paz, la justicia, la libertad y el
amor en toda la tierra.
10. Por
nuestro instituto cuáquero, que sea instrumento y
herramienta necesaria para construir paz en nuestro
continente.
11. Canto
y encendido de las velas
Ahora se
inicia un canto, tranquilo y a ser posible repetitivo,
que hable de la paz o de la confianza en el Señor.
Sugerimos Paz
en la Tierra
Paz en la
tierra, paz en las alturas,
Que el
gozo eterno reine en nuestro corazón.
Da la paz
hermano, da la paz,
Constrúyela
en tu corazón con tu gesto afirmarás que quieres la
paz.
Que tu
paz hermana sea don,
Es el
mejor signo de amor que tú nos puedes ofrecer,
Abrazo de
paz, abrazo de paz.
Entretanto,
algunos ya previamente avisados se acercan a unas
velas preparadas en un lugar central y los encienden.
El canto se puede alargar según se vea conveniente.
Que la luz
de Cristo nos encienda nuestra luz interior y disipe
las tinieblas de la guerra, la violencia y la
discriminación.
10.
Introducción al gesto de paz
Cuando nos
encontramos como comunidad nos recordamos nuestro
compromiso con esa paz. Sería falso, darnos la paz y
no trabajar para hacerla realidad en nuestra vida
cotidiana y en la vida del mundo entero, poniendo a
contribución todas nuestras posibilidades, que a
menudo son más de las que imaginamos.
Por eso
hoy, con toda la intensidad, con toda la fe y con toda
la esperanza, démonos fraternalmente la paz.
Se vuelve
a cantar Paz en la tierra
Terminemos
este encuentro de oración unidos a Jesús, con toda la
confianza en Dios, creyendo en su Reino, deseando que
su voluntad de amor llegue a todos y todas, dispuestos
a trabajar por su paz, su perdón y su justicia.
Tiempo para
orar por nuestro Puente de Amigos y su vocación al
servicio de la paz